Thursday, November 30, 2006

Impresiones de Antioquia XVII - Paisas argentinos



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XVII

“Paisas argentinos”



- No estamos solos -

27 de julio de 2006

_____________Por Marcelo Meza


El amor y el cariño Paisa está lejano, parece que el tiempo es un verdugo cruel que nos olvida el nervio vital de lo que hemos aprehendido a desear. Y lejos de montañas del afecto y el paisaje sabroso de cada amigo Antioqueño, en medio de un mundial de fútbol sin Colombia, parece que una ausencia más se cierne y es la indiferencia, el “ya pasó”. Mis queridos amigos esto no es así. Vibran en nuestros pechos cada momento vivido y disfrutado (léase el que hace del tiempo un fruto y lo saboréa) con ustedes.

Y gracias a la vida existen dos maravillosos exponentes de vuestro cariño. Uno que sondéa el crepúsculo del misterio, detrás de la palabra rota y la recoge, realza el significado de la duda, engrandeciendo el pétalo de la esperanza y del fracaso. Uno que detrás del silencio abre la boca del alma y resplandece, se hace enano y malabar, gigante y engorda como tótem en la lengua de bronce engordado de las almas flacas del Medallo. Uno que, atento al espíritu Paisa, se sabe dar despacio, sin prisa y sin pausa. Gustoso de estar, comparte cada momento con sus amigos y seres más queridos. Levanta en su tono tímido y valeroso un puño lleno de valores, argumento y deseos que muchos parlanchines caraduras no saben esculpir.

Hay, también, una ángel, una sombra de dulzura que anda por caminos de la ciencia, rayanos en la política de un mundo lejano a su país. Es una que se anima a amar incondicionalmente, que brinda su amistad y su corazón con grandeza. Ella tiene le dón del encanto, suave y grácil puede sonrojar cualquier atropello, la palabra dura y el tono alto. Bajan las conversas y los vocablos a beber de su mano, pequeñisimas manitos que se inflaman de bondad, gigantes, cada vez que reparte su alegría. Una mujer suave y delicada, pura sonrisa, engaña a la buenos Aires de trapo negro y sangre y le empaña con un beso en su cristal más profundo. Siembra su señal Paisa por doquier, como lo hace su compañero, aquel alquimista de palabras. Juntos hacen retroceder la amargura, el desencanto se va y solo queda el momento feliz de las comisuras en sus polos más elevados.

Ellos tienen la magia, el duende activo que ustedes les han enseñado, pueblo montañés, espíritu de la montaña y el bosque. Buenos aires seducida se desnuda a su paso, ya no teme verse envuelta en el encanto redondo de una canción extraña. Descubre eso, que no tiene nada de extranjero, que son sus hijos, que han amamantado la savia americana de los que hablamos claro.

Hablo lo que mis sentidos no pueden ocultar, me estoy refiriendo a dos queridos Paisas: Nacho Y Angie. Como dice nuestro querido Rodrigo: “Bienvenidos a su casa”.

Con cariño
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006

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