Thursday, November 30, 2006

Impresiones de Antioquia XIV - Comunicándose



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XIV

“Comunicándose”

- Dialéctica-


12 de mayo de 2006




_______________Por Marcelo Meza

Al fin de cuentas, en estos tiempos modernos, el paradigma más destacado a resultado ser la comunicación. Esa magia que se produce entre dos o más personas, diferentes o iguales. Culturas disímiles, razas y hasta el diálogo en el que se accidenta el pasado con el presente, la historia con la nada.
Códigos, lenguaje, gestos, interpretación, modismos, símbolos y cada señal que nos guía para interactuar, para entender lo que se quiere decir, léase todo esto de la mano de la sutileza.

En ese “contacto” nos comprendemos y sabemos del otro más aún. Nos falta comunicarnos más. Cuesta. Siempre está lo otro; hay algo. Presa fácil de la excusa el tiempo es un buen comodín. No importa: siempre estaremos ocupados. Es la historia que se repite. Pero ¿Cómo hacer? ¿Estiramos al día? No me pregunten. No estoy para contestar. Sólo me pongo a pensar en todo lo que perderíamos si fuéramos “ricos en tiempo”. La primer pérdida importante sería el trabajo (¡Dios me libre y me guarde!, diría mi tía Emilia o “Ave María Pue’...”, al decir Paisa) La segunda pérdida importante sería el dinero, tener el dinero. Por lo tanto perderíamos Status, poder adquisitivo. También dejaríamos de estudiar o de capacitarnos y ya no podríamos estar preparados como se debiera o como soñamos. Muchos sueños morirían. Mucho futuro se vería corroído. Tengo un amigo que dice: “Amigos van a ver siempre”, acto seguido le hace “pito catalán” a sus queridos amigos. (Dic. Burla. Acción de abrir la mano abierta apuntando con el pulgar la punta de la propia nariz y el seguido movimiento de los dedos apuntando hacia arriba en un movimiento vibratorio a manera de aleteo, con el indicativo de demostrar cierta ventaja con el oponente o el resto, de modo que nos coloque en un nivel superior. Lo cual significa que el primero que hace “pito catalán” ha de sentirse mimado por los dioses al menos por un momento)

Abanderado con los colores del: “no tengo tiempo”, “estoy ocupado”, “no me alcanza el día”, en pos de sus intereses más obtusos. La única justicia global es que el día dura para todos lo mismo. Por lo tanto ahí nace la magia de los que pueden robarle al tiempo y los que no.

No es el tiempo el corazón del asunto. Si tuviéramos días de 60 horas tampoco alcanzarían. Se trata de una actitud. De la necesidad de estar con el otro. En última instancia: será un problema de temperancia. Ir en contra de ese trajín es negar nuestras culturas y la educación, endógenas y exógenas. Hay una idea de pensar en el otro, en el vecino, el amigo, el hermano. Imposible olvidarlo. Imposible terminar el día sin saber de él. Comunicarse es acercarse a las almas en común, es un buen principio. “Comunión”. Entrar en la vida del otro, que entren en la nuestra. No palabras. No expresiones de deseo. Es otra cosa u otra vaina. Permítanme decir que la soledad que tanto sufrimos y se sufre en Latinoamérica es fruto directo de la incomunicación. Que no hay acción más seria que luchar por el desarrollo en sociedad; periodista de nosotros mismos.

Hay una información de estilo y forma que nos hace únicos y eso debe difundirse, propalarse. No olvidemos que la admiración es el segundo paso para enamorarse, ingrediente fundamental, provocación.

El miedo, el dolor, la timidez, historia de miedo, sufrimiento, baja autoestima, inmadurez, indiferencia, egocentrismo, son elementos que dividen y separan, aténtan a la interacción social.


Ser familia, hoy en día, es ser libre. Con otros y para otros. El paisaje de cada uno, las calles y sus balcones, el accidente geográfico que cada uno tiene nos dignifica, es tesoro, vale la pena darlo a conocer. Silencio puede comunicar, decir cosas, todo depende del marco. La distancia puede ser complicada para las relaciones. Hete ahí el empleo de cierta inteligencia con fuertes dosis de sensibilidad y aventura.
Ojalá inventemos, creemos formas más eficientes de llegar a comprendernos, conocernos, re descubrirnos, de llegar al corazón.
Es una locura, ya lo sé. La amistad lo es por eso no espera menos que la entrega.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006

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