Thursday, November 30, 2006

Bitácora de viaje al país Paisa I - Cosas de niños



Bitácora de viaje al país Paisa I
(Impresiones de Antioquia Volumen II)

"Cosas de niños"

"Para conocer la melancolía de una ciudad
hay que haber sido niño en ella".
Walter Benjamin


(1892-1940) Crítico y filósofo Alemán

4 de septiembre de 2006

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por Marcelo Meza desde Buenos Aires, Argentina

Niño, así me pensé en este segundo viaje a mi querida Medellín, la casa de mis amados Paisas. A pesar de la nube en mi cabeza, que me hubiera acompañado todo el viaje de no haber sido por el cariño de mis amigos de acá y de allá, pude sentir y percibir a los chicos, cada juego en las callesitas de las montañas, en los barrios perdidos en la garganta Nutivara.

Conocí este paraíso de grande pero veo a los niños que hay en los ojos, en los de mi querido Rodrigo y Ana Elsy Parra. Los veo a ellos jugando a las escondidas, a la pelota, jugando al "balero" (perinola), con el trompo... Me los imagino corriendo por la montaña de la mano con la misma alegría inmaculada con la que se los ve a hora, hoy mismo. Corren, vuelan en su niñez y yo lloro de alegría. Vive el amor y la inocencia en ellos, niños, adultos. Saben ser lo uno y lo otro, porque nos han enseñado a cambiar el mundo, compartiendo.

A pesar de mis "cables pelados", de mi cabeza con truenos, pude sentir el mundo niño, imposible no hacerlo. Saborear en la piel lo niño que son y que nos provocan a ser. Por eso me creo Paisa. Porque soy un peladito ahora. Un peladito que está jugando y se pierde las tardes y las mañanas buscando frutas silvestres como nos enseñó Irene Gaviria y las compartimos pero no es comer lo que se compartía sino la vida, el milagro de estar juntos.

En algunas montañas suyas me imaginé cóndor latinoamericano para poder visitar las casas y los hogares de los más necesitados, los más pobres. Estos seres, que no aparecen en televisión, de casta menos favorecida, se los supone apiñados en el campo y en la campiña. No. Ellos acostumbran a que la nada sea abundancia a la hora de la mesa, compartiendo lo poco que tienen, te dan su manta, su cama y te hospedan en su retacito improvisado de casa. No. Ellos son los privilegiados del alma porque tienen educación. En mi país los pobres verdaderos son los ignorantes.

Esta vez un chico con olor a pegamento me pegó en el brazo mientras yo viajaba en la buseta del "Abuelo". El viento secaba mis lágrimas de agua panela. Me pedía, corriendo sin soltarme, al compás de la buseta, algo, algo me pedía. Quizás una moneda, o algo más. No podía entender lo que balbuceaba su boca. ¿Sería un sueño, una ilusión? A ese mismo chico de no más de once o doce años lo volví a ver en la plaza Botero, en plena clausura del V Festival de coros "José María Bravo Márquez. Él no podía hablar mucho. Quién quiere que hable. Solo verlo jugar alcanza para aprender. Tocaba la guitarra. La estaba descubriendo. Se quedó un rato largo tirado en el piso. Sus manos de pegamento ensuciaban las cuerdas y la guitarra estaba feliz de contenta de verle en sus ojitos una luz diferente. Balbuceaba un canto primitivo, como una nana, como algo que le hayan cantado alguna vez. Esta vez mis lágrimas de papel no salieron del todo. La miseria la llevamos incrustada en la médula latinoamericana ¿Cuánto amor necesitaremos para erradicarla? Tocaba con sus dedos sucios y yo me moría por sentarme y enseñarle y darle la mejor clase que me saliera, pero me quedé duro como la gorda escultura de Botero que nos regalaba una sombra. Jugó mucho y lo vi sonreír. Jorge Hernán Arango, principal responsable del festival de coros, te digo, hermano, "misión cumplida". Tu festival hizo sonreír a un niño que ya no tenía rostro.

Parece que cerca del pueblito Paisa pasa algo fantástico. Los duendes monteñeces que viven en los árboles nos convidan sus frutos y nos contagian de algo paisano. En Argentina tenemos a un duende parecido, se los presento. El más grande de los niños se llama Luis, le dicen "El mosca" porque le encanta hacernos reír. Él tiene en sus ojos, siempre, la ternura y el don de pensar la forma de crear magia. Esa magia nos contagia a todos una maravilla y esa maravilla es para que aprendamos a compartir los corazones, para que seamos mejores bichos. Lo hace con gusto a turrón, con gusto a mate calentito, nos inventa viajes estelares al mas acá del alma, al más allá de la amistad, y es común que se emocione cada vez, sin equivocarme, cuando florece en sus amiguitos la canción de la entrega. No puede parar de emocionarse porque es el más grande de todos los niños, porque es así y es mejor que no cambie. Con semejante fortaleza como no entender que todo es cosa de chicos.

Las fotos de chicos de la escuela donde actuamos me siguen emocionando porque son el fiel testimonio de que se puede, se puede hacer un mundo mejor, una sociedad digna y de elevados valores. Claudio Tabush haciendo las veces de "profesor Jirafales"; los chicos pidiendo autógrafos a los argentinos, cientos de escolares en sumo silencio escuchando con paciencia y hasta con alto grado ético que pensé que ya no existía, la carita de esos peladitos que aman a Boca junior, las lágrimas de Paula Valverde al ver tanto cariño como sus alumnitos del jardín de infantes en donde es profesora de música, las pesadas lágrimas de Luis "Mosca" Sasbón siempre jugando con la emoción, con su capa de super héroe de la alegría, todos los que somos docentes emocionados, Valentina con sus salidas inteligentes y su hermosa compañía de cariño, su violín que nos hizo cosquillas especialmente a mi, el molestón de Jorge Hernán que no para de jugarnos bromas a cada paso descubriendo que esa es la mejor manera de vivir, las travesuras de Edith y Niki, la belleza de Ana María, Clara y Sofia Parra, tres niñas que no cesan de saltar en la soga y el elástico, la banda elástica. Isabel y Vilma me las imagino corriendo hasta ponerse colorados los cachetes de la cara con sus primos y sus primas y los amigos del barrio, jugando a ver quién llega más lejos en una carrera del oriente al occidente de la ciudad. El Abuelo Y Jorge Mario me invitan a jugar a la pelota pero terminamos enloquecidos con unas chivas de lata en una pista inventada.

Si no me creen que solo vi a niños jugando, vayan a Medellín. Las niñas son encantadoras, no son peleadoras ni lieras y los chicos les gusta compartir sus juguetes. Son coros de niños, casas con niños, carreras llenas de niños en bici, a pie. Cada uno atiende su juego.

El último día le hice caso a Ana Elsy y a Edith, "deja tus problemas de lado y anda a bailar", y así hice y me sentí mejor. Después me sacaron a las patadas de la parranda porque no se admitían menores de 18 años. Me fui a dormir con otro chico, con José Rodriguez, y terminamos mirando extasiados con ojos grandotes e inocentes un cielo raso estrellado en la habitación de Clara Parra.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 - Septiembre de 2006

Impresiones de Antioquia XVII - Paisas argentinos



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XVII

“Paisas argentinos”



- No estamos solos -

27 de julio de 2006

_____________Por Marcelo Meza


El amor y el cariño Paisa está lejano, parece que el tiempo es un verdugo cruel que nos olvida el nervio vital de lo que hemos aprehendido a desear. Y lejos de montañas del afecto y el paisaje sabroso de cada amigo Antioqueño, en medio de un mundial de fútbol sin Colombia, parece que una ausencia más se cierne y es la indiferencia, el “ya pasó”. Mis queridos amigos esto no es así. Vibran en nuestros pechos cada momento vivido y disfrutado (léase el que hace del tiempo un fruto y lo saboréa) con ustedes.

Y gracias a la vida existen dos maravillosos exponentes de vuestro cariño. Uno que sondéa el crepúsculo del misterio, detrás de la palabra rota y la recoge, realza el significado de la duda, engrandeciendo el pétalo de la esperanza y del fracaso. Uno que detrás del silencio abre la boca del alma y resplandece, se hace enano y malabar, gigante y engorda como tótem en la lengua de bronce engordado de las almas flacas del Medallo. Uno que, atento al espíritu Paisa, se sabe dar despacio, sin prisa y sin pausa. Gustoso de estar, comparte cada momento con sus amigos y seres más queridos. Levanta en su tono tímido y valeroso un puño lleno de valores, argumento y deseos que muchos parlanchines caraduras no saben esculpir.

Hay, también, una ángel, una sombra de dulzura que anda por caminos de la ciencia, rayanos en la política de un mundo lejano a su país. Es una que se anima a amar incondicionalmente, que brinda su amistad y su corazón con grandeza. Ella tiene le dón del encanto, suave y grácil puede sonrojar cualquier atropello, la palabra dura y el tono alto. Bajan las conversas y los vocablos a beber de su mano, pequeñisimas manitos que se inflaman de bondad, gigantes, cada vez que reparte su alegría. Una mujer suave y delicada, pura sonrisa, engaña a la buenos Aires de trapo negro y sangre y le empaña con un beso en su cristal más profundo. Siembra su señal Paisa por doquier, como lo hace su compañero, aquel alquimista de palabras. Juntos hacen retroceder la amargura, el desencanto se va y solo queda el momento feliz de las comisuras en sus polos más elevados.

Ellos tienen la magia, el duende activo que ustedes les han enseñado, pueblo montañés, espíritu de la montaña y el bosque. Buenos aires seducida se desnuda a su paso, ya no teme verse envuelta en el encanto redondo de una canción extraña. Descubre eso, que no tiene nada de extranjero, que son sus hijos, que han amamantado la savia americana de los que hablamos claro.

Hablo lo que mis sentidos no pueden ocultar, me estoy refiriendo a dos queridos Paisas: Nacho Y Angie. Como dice nuestro querido Rodrigo: “Bienvenidos a su casa”.

Con cariño
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006

Impresiones de Antioquia XVI - Personas


IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XVI

"Personas"

- Material único -

8 de junio de 2006


__________Por Marcelo Meza

En la dulce mirada turquesa de Vilma,
en los valores y el humor exquisito de Jorge,
en las manitos tiernas de Isabel
y en el lenguaje a través de los gestos inconfundibles de Rodrigo
hay amor.


En el maravilloso encanto de Ana María,
en el talento inconmensurable de don Arango Arango (papá de Jorge),
en el corazón de Nilda (hermana de Ana Elsy)
y en la sensibilidad de Alvaro (papá de Paula)
hay amor.

En la grandeza de alma de Edith,
en el universo codiciado de Niki,
en la sonrisa amplia de Clara
y en el abrazo inmenso de camilo
hay amor.

En la energía cariñosa de Ana Elsy,
en el amplio corazón de Juilo,
en la dulzura y radiante sonrisa de Erika
y el incisivo cariño y simpatía de Andrés (amigo de Ana)
hay amor.


En la seductora risa de Hugo (primo de Vilma),
en la delicada simpatía y paz de Paula,
en la majestuosa mirada del tío de Ana
y en la alegría increíble de Irma
hay amor.

En la percepción apasionada de Verónica (mamá de Isa)
en la generosa belleza de Nazareth (tía de Vilma),
en la palabra justa de José y sus silencios (papá de Vilma)
y la suavidad de Mercedes (hermana de Camilo)
hay amor.

En la cortesía de Alejandrina (mamá de Vilma),
en la dulzura y sensualidad de Pilar,
en la ternura de Vanesa (hija de Edith)
y en la frescura de Fabiana (hermana de Vilma y Julio)
hay amor.


En la grandeza de alma de Pabla,
en la amable compañía de Luisa
en la simpatía del novio de Luisa (novio o esposo?),
y en la sencillez de Nacho (pareja de Angie)
hay amor.

En la deliciosa felicidad de Valentina,
en la noble entrega de los amigos de Jorge del Calao
en la radiante sensualidad de Angie
y en la amabilidad de Carlos (calvo)
hay amor.

En toda la familia Parra y Hermanas de Ana Elsy,
en los amigos interminables de Jorge,
en la familia extensa de Vilma
y en el corazón de cada integrante del ensamble
hay amor.

En la carita llena de sueños concretados de Adelfa (abuela de Vilma),
en la hermosura ebana de Jenifer,
en el misterio de los ojos de Sisi
y en la caramélica voz de Julieta (prima de Vilma)
hay amor.


La gente con alma suele ser
el amor materializado y latente.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006

Impresiones de Antioquia XV - Decires



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XV

“Decires”

-Soluciones -

12 de mayo de 2006


___________Por Marcelo Meza

“Somos empleados del destiempo”. “Bar Latinoamérica, plato del día: hambre”. “En tus urnas no caben nuestros sueños”.

Graffittis. Decires populares. Sentimientos de moda. El grito popular o de unos pocos. Pertenecen a una época o son eternos. Cambia la economía, sobreviene la suerte, la cancha se inclina, gol.

Hay reacciones sociales que no se practican. Son.
Sin memoria es imposible construir absolutamente nada. Miren mi país. Padecemos la insolencia del olvido. Ya mataron y torturaron a 30.000 personas. Ya no existen los grandes pro hombres, no hay nada. Ni maestros, ni poetas, músicos, presidentes, templarios, nada. Hemos olvidado quienes fuimos y nos olvidamos del país, incluso, de: para qué estamos en el planeta.

Hay, eso sí, una ortopedia Fernández que ocupa toda la cabeza y nada más. Somos grandes humoristas, pero no recordamos, al fin, ningún chiste.

En el Paisa se nota que buscan con mucho esfuerzo: la eficiencia, la seriedad, la excelencia y el crecimiento. Este grado de competitividad es alto, creo yo, comparado con el nuestro. Algo de talento y una vaga suerte juega de nuestro lado. Y ese “mas o menismo” nos queda bien. Casi se ha construido toda una generación bajo los albores de esa desgracia. Si no nos conformáramos con tan poco y tuviéramos una pizca más de exigencia ¡Qué país sería!

Como en todas partes hay gente que trabaja y estudia duro, incansablemente. Yo hablo que la mayoría del pueblo lo haga, esté en condiciones, esté dispuesto a hacerlo.

No es broma ni casualidad la sonrisa. Es fruto preciado. Hay culturas muy sufridas que valoran lo que digo. El que ha bebido el cáliz del dolor lo sabe.
Tengo en mis manos varias publicaciones Colombianas. Leo mucha crítica y autocrítica en sus paginas. Eso está bien. No son ajenos a sus problemas y nosotros tampoco.

El porteño típico es un gris hombrecito gruñón al que nada le viene bien. Parece que nada lo satisface, odia a todos los gobiernos y para colmo es depresivo. No creo que pudiéramos hacer una buena radiografía de nosotros pero no es lejana a la de ustedes.
Me produce tristeza que solo se hable, se escriba, de los males que nos aquejan y muy poco de posibles soluciones. Admiro vuestra juventud. El Paisa es joven. Nosotros nacimos viejos (ancianos). Ojalá todo cambie.

Creo que si la gente se ayuda mejora su nivel de vida, crece en aspiraciones y así puede desarrollarse. Hay lugar para el encuentro, hay solvencia y respaldo. La mezquindad ocupará el lugar que le corresponde a la miseria y no a la desesperación. Así con todas las pasiones. Estaremos más enteros para compartir y compartirnos. Sin el otro no somos nada, sólo hay guerra y soledad. Juntos, sin embargo, podemos cambiar la historia. No la grande de los libros, sino la nuestra, pequeña, la que entra en nuestras zapatillas.

Aceptándonos, queriéndonos como pueblo, como gente que merece lo mejor.
No somos resaca ni los hijos del olvido.
No somos un graffitti, somos personas.
Este es el verdadero juego.

Hay más soluciones a nuestros problemas. Creo que si vamos pensando, usando el alma y la cabeza, haciendo arte, siendo un poco artistas, podremos empezar una marcha nueva: la marcha de los que creen en la vida y la defienden con celo.
Sin estadísticas nefastas, con pequeños grandes pasos, con nuestros humildes logros. Porque tenemos el material y la fuerza, ganas de cambiar y de vivir en un mundo mejor.

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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006


Invito a todos los paisas amigos que difundan libremente la colección de Impresiones de Antioquia - gracias

Impresiones de Antioquia XIV - Comunicándose



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XIV

“Comunicándose”

- Dialéctica-


12 de mayo de 2006




_______________Por Marcelo Meza

Al fin de cuentas, en estos tiempos modernos, el paradigma más destacado a resultado ser la comunicación. Esa magia que se produce entre dos o más personas, diferentes o iguales. Culturas disímiles, razas y hasta el diálogo en el que se accidenta el pasado con el presente, la historia con la nada.
Códigos, lenguaje, gestos, interpretación, modismos, símbolos y cada señal que nos guía para interactuar, para entender lo que se quiere decir, léase todo esto de la mano de la sutileza.

En ese “contacto” nos comprendemos y sabemos del otro más aún. Nos falta comunicarnos más. Cuesta. Siempre está lo otro; hay algo. Presa fácil de la excusa el tiempo es un buen comodín. No importa: siempre estaremos ocupados. Es la historia que se repite. Pero ¿Cómo hacer? ¿Estiramos al día? No me pregunten. No estoy para contestar. Sólo me pongo a pensar en todo lo que perderíamos si fuéramos “ricos en tiempo”. La primer pérdida importante sería el trabajo (¡Dios me libre y me guarde!, diría mi tía Emilia o “Ave María Pue’...”, al decir Paisa) La segunda pérdida importante sería el dinero, tener el dinero. Por lo tanto perderíamos Status, poder adquisitivo. También dejaríamos de estudiar o de capacitarnos y ya no podríamos estar preparados como se debiera o como soñamos. Muchos sueños morirían. Mucho futuro se vería corroído. Tengo un amigo que dice: “Amigos van a ver siempre”, acto seguido le hace “pito catalán” a sus queridos amigos. (Dic. Burla. Acción de abrir la mano abierta apuntando con el pulgar la punta de la propia nariz y el seguido movimiento de los dedos apuntando hacia arriba en un movimiento vibratorio a manera de aleteo, con el indicativo de demostrar cierta ventaja con el oponente o el resto, de modo que nos coloque en un nivel superior. Lo cual significa que el primero que hace “pito catalán” ha de sentirse mimado por los dioses al menos por un momento)

Abanderado con los colores del: “no tengo tiempo”, “estoy ocupado”, “no me alcanza el día”, en pos de sus intereses más obtusos. La única justicia global es que el día dura para todos lo mismo. Por lo tanto ahí nace la magia de los que pueden robarle al tiempo y los que no.

No es el tiempo el corazón del asunto. Si tuviéramos días de 60 horas tampoco alcanzarían. Se trata de una actitud. De la necesidad de estar con el otro. En última instancia: será un problema de temperancia. Ir en contra de ese trajín es negar nuestras culturas y la educación, endógenas y exógenas. Hay una idea de pensar en el otro, en el vecino, el amigo, el hermano. Imposible olvidarlo. Imposible terminar el día sin saber de él. Comunicarse es acercarse a las almas en común, es un buen principio. “Comunión”. Entrar en la vida del otro, que entren en la nuestra. No palabras. No expresiones de deseo. Es otra cosa u otra vaina. Permítanme decir que la soledad que tanto sufrimos y se sufre en Latinoamérica es fruto directo de la incomunicación. Que no hay acción más seria que luchar por el desarrollo en sociedad; periodista de nosotros mismos.

Hay una información de estilo y forma que nos hace únicos y eso debe difundirse, propalarse. No olvidemos que la admiración es el segundo paso para enamorarse, ingrediente fundamental, provocación.

El miedo, el dolor, la timidez, historia de miedo, sufrimiento, baja autoestima, inmadurez, indiferencia, egocentrismo, son elementos que dividen y separan, aténtan a la interacción social.


Ser familia, hoy en día, es ser libre. Con otros y para otros. El paisaje de cada uno, las calles y sus balcones, el accidente geográfico que cada uno tiene nos dignifica, es tesoro, vale la pena darlo a conocer. Silencio puede comunicar, decir cosas, todo depende del marco. La distancia puede ser complicada para las relaciones. Hete ahí el empleo de cierta inteligencia con fuertes dosis de sensibilidad y aventura.
Ojalá inventemos, creemos formas más eficientes de llegar a comprendernos, conocernos, re descubrirnos, de llegar al corazón.
Es una locura, ya lo sé. La amistad lo es por eso no espera menos que la entrega.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006

Impresiones de Antioquia XIII - Mirar al costado


IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XIII

“Mirar al costado”



-Soledad: mal de los tiempos-

23 de abril de 2006

_____________Por Marcelo Meza

Latinoamérica es un laberinto de políticas económicas. No tenemos nada que ver: Perú con Uruguay ni Chile con Brasil, así, ni nos parecemos a los Bolivianos ni los Paraguayos con ustedes. Sin embargo, todos sufrimos la misma soledad. Unos más y otros menos. No hay país “libre” de aftosa, o de narcotráfico, de “mano en la lata” ni de miedos que no le afecte el hombre solo. Es y seguirá siendo el peor de los males. Si consideramos que la unión hace a la fuerza, estando solos y divididos jamás saldremos de la opresión de las hegemonías perversas que históricamente nos subyugan. Pero este mal va más allá de partidismos o cierto idealismo iconoclasta; patriotismo de segunda.

Parte del hombre, de la civis, de una sociedad organizada más o menos globalizada, mas o menos tercermundista, mas o menos desarrollada esta solo, despojado, perdido. La pobreza mata, la soledad: desintegra culturas enteras. Ya no se trata de vencer el individualismo, sino de crecer como individuo, como ciudadano y como persona. Porque no habrá otra manera de inventar la alegría que unidos y juntos. Que los males de este mundo serán vencidos sumando y no al revés.

Hay países hormigas que trabajan palmo a palmo, lentamente pero sin cesar. Hay culturas langostas, dando grandes saltos, que devoran cuanto tienen debiendo emigrar frecuentemente. Los hay como el “Tata Dios” o “mamboretá”, ese bicho como una ramita verde con patas, que se hace uno con el medio, pasa desapercibido pero está presente, se camufla. Puede sobrevivir pero no crece, jamás crecerá. Y están los pueblos que, siendo gusano de seda, tarde o temprano abandonará su aparente destino sedoso por otro de alas y alto vuelo. Yo quiero vivir en un país en donde su gente confíe en sí misma. Que cada encuentro sea una fiesta y ante la desgracia y la catástrofe nos encuentre unidos y cercanos. En contra de la indiferencia apoyo todo movimiento que genere amistad y nos haga sentir como de la familia. Todo grupo que integre sin tener que destruir nada para lograrlo. Que tenga como afán el respeto y muy en alto la libertad individual y de todos sin indiferencias. Paisas y argentinos sin fronteras, con las miserias de lado, unidos por el amor a la vida, defendiendo cada estilo.

Pero estas utopías no crecen solas. Hay tierra fértil pero mucho trabajo por delante. No alcanza con un viaje o una gira. Quizás hasta sea (y es probable que fuera así) una empresa imposible, pero de empresas imposibles se han forjado las grandes obras. Con apatía, sectarismo, egoísmo y esclavitud jamás se ha lograda nada bueno. Hoy estamos muy ocupados en Latinoamérica cada uno mirando su propio ombligo como para poder ver a nuestro hermano que sufre. No hay culpables. Las sociedades adultas no se conciben culpables sino responsables. Hasta que no fomentemos el amor por nuestra tierra no podremos levantar la cabeza con el orgullo sano que requieren los que luchan de verdad por los altos ideales. Porque mirar al costado es todo un trabajo, horizontal, un proceso y un gran logro. Es probable que al lado nuestro nos encontremos con el hombre, con el ser humano enamorado y libre que soñamos, porque ese que está al lado nuestro, de seguro, somos nosotros mismos.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006

Impresiones de Antioquia XII - Recuerdos


IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XII

Recuerdos

-Cuando la memoria se hace piel-

14 de abril de 2006








_________________Por Marcelo Meza

Muchos de ustedes me dieron a entender que, mientras yo estuviera ahí en Medellín, estaba de vacaciones. Instintivamente lo negaba rotundamente y hoy me pregunto por qué y me respondo. Primero porque así vivo y vivimos con Luis. Cada uno con su estilo. Por algo nos hermanamos tanto. Esto de abrir las puertas de casa, del corazón, de la vida de uno, es cosa que hacemos desde siempre. Igual a Rodrigo y Anaelsy. Igual que Anita, Lauri y Clarita. Como Jorge, como Vilma y Julio, como Edith. Entonces “esas vacaciones” no fueron tales. Va más allá de “tener tiempo libre”. Creo que tanto Luisito como yo necesitábamos hacer un viaje de esas características para compartir con nuestros amigos. Lo que no sabíamos ninguno de los dos es que se transformaría en El viaje, el que se convirtió en una experiencia muy importante.

Las personas que nos quieren, nuestros afectos más cercanos nos miran a los ojos y nos aseguran que vamos a volver. Así lo creo yo. Cada vez que canto “Paisa soy o que?” se me aparecen las caras de todos ustedes. Cada gesto de alegría, de emoción, la seriedad del que escucha prestando atención. Todos los rostros, los del cansancio, los del regocijo y hasta aquellos de sorpresa. ¡Qué alegría es tenerlos cerca, en la memoria del alma!

“...Como gotitas de Ceibo...” dice la canción “Luz”. El sauce llorón y tantos otros árboles son savia. Así me imaginé a nuestra flor nacional: el ceibo. De corazón rojizo. Así tengo el recuerdo muy fresco de esas gotitas-manantiales de cariño. Paso a enumerar:
La ternura de Ana María y toda su energía puesta al servicio de la amistad.

El humor y el proverbio oportuno de Rodrigo (¡Dios! ¡Cómo te extraño!) Y tu profundidad.

La dulzura y electricidad de Anaelsy, y sus delicados desayunos, la leche con café que aprendí y aprendió a hacerme.

La sonrisa grande de Laura y su forma tan juvenil e inteligente de ser. Cariñosa, cariñosa, cariñosa.

El asiento de copiloto del escarabajo que gentilmente me ofreciera Clarita y me cediera Laura. Sus estrellas y la jungla de jirafas. Tu sonrisa grande colmada de universo... (Y por supuesto tu cama superdura que no extraño)

Lo tan amigo que me hice y nos hicimos de Jorge, ese cacorrín. Tan ‘jue putas. Que ahora lo quiero tanto como a mis amigos de fierro. (Lo parió que te extraño, men!) Las cosas lindas que vivimos, que compartimos.

A Pabla por haber hecho ruido cuando grabábamos “Pequeña” y gracias a eso (y sin querer porque ella intentaba evitar un ruido mayor) salió una mejor versión. Pero más allá de la anécdota, te recuerdo por haber estado cerca nuestro con tanta dulzura y de tu querido cacorrito eeee.. quiero decir Jorgito. (jajajajajajaj)

La maravillosa forma que tiene Valentina para hacerse querer. Deberíamos aprender de ella. Valentina, con sus poquitos años de vida es ella misma y eso es realmente lo que uno admira de las personas.


El papá de Jorge que dijo que no podía tocar su saxo al final recuerdo estar saliendo de su casa, afuera llovía a cántaros y él seguía tocando porque “ya había calentado el caño” (creo que era un saxo soprano para niños, regalo a su nieto, con forma extraña de saxo barítono) Hombre tan sensible y lleno de luz.


Recuerdo a Vilma compartiendo el año nuevo, su cordialidad y cariño tan personal. El placer de conocer a José, su papá, tan delicado. Y a Alejandrina, su mamá, no hay duda de que son madre e hija. Así conocí a su abuela Adelfa, dulce y a muchas tías, en especial a Nazareth que es muy agradable, por cierto.

A Julio por su sonrisa y esa pequeña charla que tuvimos de concepto musical cuando no encontramos solos en el balcón del fondo de la casa, con esa vista maravillosa de Yolombó. Lo recuerdo cantando con unas copitas de más y muy feliz.

La sonrisa y el demasiado cariño de Paula. La buena onda de su hermana, que cada vez que se hizo una reunión nunca faltó. Su novio que es un tipazo. Y esa postal hermosa que su familia me regalara, día de hoy me conmueve enormemente. La sensibilidad de su papá y los panes de su esposa Irma que los cocinó exclusivamente para nosotros. Su ganas de “pasarlo bueno”.

Hugo: el primo de Julio Salasar, qué buena onda. “El muchacho sonrisa”.

Hablando de grandes sonrisas ufffff, se encuentra en el podio máximo mi querida Erika. Me traje tantas risas y sonrisas tuyas que tengo para varios años (eso no quiere decir que me conforme con no verte) Deberíamos compartir más cosas, mi dulce amiga.

La calidez de Carlos (C.C.) y su palabra de buen amigo. Pelao.

Recuerdo con mucho cariño los momentos buenos que disfruté con Isabel, tanta dulzura, tanta maravilla... El cine, la plaza de los deseos, el parque y las caminatas... charlas infinitas que no acaban...

Verónica, mami de Isabel, con su increíble voz... su percepción tan aguda de la gente y de saber quien sos. Gracias Vero por dejarte conocer y querer.

Lo gran tipo que es Camilo, sus abrazos fuertes y su amabilidad. Como si nos conociéramos de siempre. ¡Ay! ¡Qué halo de delicada dulzura es Mercedes!, su hermana. Siempre tan suave.

Mi querida amiga del alma Edith y su Mauri. Con ella nos hicimos amigos por correo y ahora que nos encontramos y me recibía con un “che, boluuuudooo”. Jajajajaja, que alegría al verte tan linda, tan diosa. Y también a vos Mauri (ni diosa ni linda) quiero decir que te vi muy bien, yo sé que todos te conocen como Niky pero no me acostumbro.

Tanta gente linda. Tantos amigos. Amigos de amigos.
Angela y tu sonrisa tan fresca. Que bueno fue volverte a ver tan bien.

Andrés que me hacía cagar de risa; los amigos de Jorge del el Calao; los mil dientes de Jesica (morena ella, que trabaja de asistente en el jardín Botánico) con esa magia al hablar que enamora a todos los argentinos (y Paraguayos también)

Esta parejita joven que nos invitara a su finca a comer chorizos, ahí donde tuvimos que subir y subir por un caminito. Ellos y su familia: una delicia.

Extraño todos los avioncitos, las tardes paseando, las montañas con su música escondida, las curvas del camino caprichoso: difícil comunicación y apasionada amistad que hicimos con ellos más allá de las fronteras Antioquianas. El paisaje con sus verdes y la esperanza en el paisaje humano. La mirada perdida de los más pobres. Los ojos encendidos de todos ustedes. Y Marcelino Meza y su banda.

Tanto cariño, tanto cariño.

La puta que lo parió.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006

Impresiones de Antioquia XI - Lejanías


IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XI

Lejanías

-De distancias y preguntas -

9 de abril de 2006



_______________Por Marcelo Meza

Al fin la distancia nos lastima nuevamente. No tiene remedio, se suma a la verdad indiscutible que emana de cada viaje. Es insoportable pensar que todo lo vivido ha quedado atrás como eso que se deja tirado en el fondo del patio del olvido, cual trasto inútil destinado a desaparecer. ¿Será, al fin, la distancia quién nos mate lo más querido?

Yo sé que un viaje – cada viaje- por más especial que este sea, es un resumen de la vida. Tiene un principio y un fin. Ningún elemento ha de perturbar al otro, quizás todo lo contrario. Y, conjuntamente, en un todo producen placer y congoja.

No quiero referirme a eso. Hablo de la distancia real, de la distancia que se produce entre las almas cuando sucede que se separan. Separados, ahora, comienzan una nueva experiencia, distinta. Ayuda, enriquece y, sin embargo, nos sentimos pobres. Estando cerca nos creemos plenos, aveces no comprendiendo la importancia ni el valor del encuentro y en realidad somos menos ricos. Es una paradoja de tantas que nos visitan en este mundo de mortales. La pregunta es: ¿Qué hacemos con este sentimiento? (el argentino tiene una respuesta grosera a esa pregunta)

Cuando el Paisa se refiere a una incapacidad propia o que una situación lo supera dice así: “No soy capaz de...” “No soy capaz de mantener una relación a la distancia...” Quizás sea eso lo que mi corazón me dicta en un susurro. Tal vez no sea capaz de soportar tanto cariño, tanta amabilidad, tanto resultado de seres que luchan por ser así.

Me imagino a muchos de ustedes al leer estas palabras. Veo sus ojos como si no tuvieran respuesta a esto, como yo.

En este mundo de cosas concretas lo real es lo que sucede, jamás lo que se supone, lo que se planea, la ilusión y mucho menos los sueños. Yo digo que esto no es cierto, que lo real es lo que se da y no lo que se guarda aunque ocupe un espacio, tenga nombre común, abulte la billetera. Lo que se da, hoja suelta, que trasciende. Eso tiene vida propia, siente sus auténticas aventuras. No es tan vulnerable como parece. No es dinero que se gasta. “Vil metal” (mortal) que se gasta peor que los zapatos. Porque por los zapatos, al menos, guardamos cariño, el cariño de haberse amoldado a nuestras imperfecciones pédicas. Al paso de los años nos resistimos al cambio por los nuevos aunque tengamos los dedos afuera. Es más, creo que eso dado, ese cariño, esa amistad, el compromiso ofrecido de dos almas, suele tener una vida de crecimiento.

Claro, hay tarea para hacer. ¡Nos ocupan tantas cosas! ¡Que esta vaina, que aquella otra...! Nos agobian las responsabilidades y nos ocupan los compromisos. Si digo “Que vivo enamorado” me tratan de loco. Me preguntan cuanto gano por año para decir semejante ridiculez. Es verdad, sea lo que fuere, rico o pobre, nada, ningún argumento es suficientemente fuerte para vencer estos pensamientos, tiempo de hoy: globales.

Quiero vivir en la provincia de los generosos, de los de gran espíritu. De los que abren el corazón a los amigos sintiéndolos hermanos. Esa comunidad de personas grandes es la que quiero amar.

Ayer me imaginé anciano. Y le hice muchas preguntas a ese abuelo que era yo. Le pregunté de su familia, que era lo que más preciaba. ¿El trabajo?, ¿La salud?, ¿El dinero?, ¿El status Quo?, ¿El poder? Qué había pasado con su vida. Como esta es una hipótesis le dejo a ustedes el ejercicio de las respuestas. ¿Qué diría el anciano de nosotros en el futuro acerca de lo que hoy nos parece sumamente importante? ¿Estaremos perdiendo el tiempo en un “Oasis” de alucinaciones? Solo tengo preguntas. Las respuestas nos dejan satisfecho. A mi me gustaría dejarlos con hambre. Porque el que piensa tiene hambre, no se conforma. Las respuestas son distancias del crecimiento. Las preguntas nos acercan a las dudas y esto, lejos de lo que nos han enseñado, es el verdadero culto del intelecto. Se decía que un interrogante es “un disparador”. Prefiero una imagen menos violenta. Una pregunta para mí es una “oportunidad” para aprender, para compartir ideas.
Ahora que lo pienso bien, entonces, la esencia del mate sería una pregunta a la distancia... mmmmm no está nada mal.

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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006
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Yapa -

LA MARIONETA

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz.

Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.

Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma. Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre hielo, y esperaría a que saliera el sol.

Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que les ofrecería a la luna.

Regaría con lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos... Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida...

No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.

A los hombres les probaría cuán equivocados están, al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar.
A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada

He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.

He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Impresiones de Antioquia X - Pérdidas



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA X

Pérdidas

- El destino de todo viaje -


2 de abril de 2006

_____________Por Marcelo Meza

Algo se ha perdido en Antioquia. ¿Quién me puede ayudar?
No es de piedra, ni mirada larga, no es la caña como arena ni su dulce interior.

¡Ayúdenme, tengo miedo!
Antes lo tenía… ahora…

Como si las alas enfermas de distancias quisieran arrancarse de la espalda de palo. Cantando a los ojos una diadema muerta. Estoy ebrio de cariño y a punto de vómito constante, he de parir mil tormentos, así es y así ha sido siempre la ponzoña del amor.

Así lo llama este caminante perdido. Quizás ustedes y otras especies distintas rotulen el estado mío como una locura enfermiza.
Loco soy. Déjenme vivir en el delirio de esos ojos, con la maldad de ese pelo brillante. Quiero enloquecerme en esa fuente de ilusiones. Que mi mayor alucinación sea verme al espejo con esta sonrisa radial rompe cara.
Entonces si, que me traten como el mas chiflado de todos, que la algarabía de lunáticos toquen corneta y matraca. No me importa ser el hazmerreír del pueblo ni caminar desnudo por las calles de mi familia. Ante la belleza me inclino y frente a la razón me doblego. Si el honor cruza la brecha no dudo en rendirle homenaje porque sólo la alegría del sufrimiento del alma late enamorado en la redención de todo dolor.
Quiero vivir el juego grande de lo que lo dan todo.

¿Dónde se habrá metido?

Es como un suspiro pero no tan blando. Lo he perdido. Si me dicen que lo vieron dejaré todo para correr a su encuentro, aunque sea para atrapar su pasado quebrado y marchito. Porque la angustia de la renuncia es inaceptable, al menos a mi edad. Ese será mi peor flagelo y espina feroz en el vientre. Cada vez que la porfía se ensañe con la privación de lo imposible seré su cándido reflejo de una buena intención. ¡Sólo quiero lo imposible, lo que no me conviene! ¡L aventura desmedida! Si no puedo tenerla, si no puedo acercarme, entonces no quiero nada.

Me dejo a un costado como si fuera una calumnia. No quiero que te enojes cada vez que te pronuncio con mi amor ahogado y sordo hasta despuntar un sol.
¿Quién será el de la noticia? Quien encuentre mi pérdida quizás esté gordita y ave a parirme un maizal ajeno. Arepa grande en los labios nos acuna como niños ya tantas veces acurrucada en tu aliento de luna. ¡Dame esperanza quieta! ¡Que me enjaulen por dislate! Prefiero perder los sueños en la montaña que morir solo en la llanura gris.
¡Ay, que me falta el aire de tanto pecho fugado! ¿Lo buscarán agazapado detrás del aguardiente? ¿O debajo de los tulipanes?

Encuentro destruidos los resortes que me enseñaron en la niñez. LA puerta está maltrecha, cada ventana es olor a podrido, escupe sapos, y hasta la chimenea fue violada. Así, tan sin nada, me escarbo hasta la astilla madre, ya no seré esclavo de los nombres ni de los años de plástico. Asesino de mis funerales me prefiero en mi caos que en la cima de todos los títulos absurdos. Antes se aferraba demasiado a mi cuerpo de lata como un animalito asustado, capaz de morirse de miedo ante el paso principal. Ahora lo busco yo, quién sabe su destino. Quizás lo han robado y tan fácil se entregó a la voluntad de la mañana. Sólo soy un momento. Un momento errante. Un herrumbre sin patas ni relojes corsarios. Porque es el tiempo un enemigo implacable. YA no. Ahora soy instante. Y con ese crepúsculo de alegría podemos construir universos impensados. Lágrimas de mundo, odas estelares.
Si yo viniera a ser un eco del pasado entonces ya no querría vivir. ¿Para qué? (Paraguayo)

Festejo el pequeño milagro de grano de maíz. Se levanta, nos invita tantas veces comos a necesario a crecer. A veces, y muy de vez en cuando, le hacemos caso al canto sagrado, entonces parimos mares y caminos largos.
¿No ven, no se dan cuenta que tanta sonrisa grande me ha robado todo? Que la falta de falta ha concluido. Que ahora soy circense, madera seca, canto rodado y yesca, estopa sin vocales. Se me ha perdido, acá en bolso de las buenas costumbres no está.
Extasiado por la altura ácida de sus cumbres puede ser que lo haya largado a volar creyéndose gigante, pintándose los ojos con estrellas de guarapo. Abre su boca y nace un tambor y de este un ritmo oscuro y retumbante. El sexo y su ritmo paren sombras y es ahí cuando me crezco de nuevo en una duda, mi pecho joven explota como dos manos vírgenes a punto de mariposas. Se me ha perdido. ¡Que me lo devuelvan!
Se me ha perdido en Antioquia el corazón.

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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 - 2 de abril de 2006

Impresiones de Antioquia IX - EDICIÓN ESPECIAL - Nunca más




IMPRESIONES DE ANTIOQUIA IX – EDICIÓN ESPECIAL

Nunca más

-A 30 años del golpe militar en argentina.
Una memoria de la Latinoamérica sangrante -


24 de marzo de 1976 – 24 de marzo de 2006

_______Por Marcelo Meza

El “Nunca más” es el libro que escribiera el maestro Don Ernesto Sábato para denunciar la muerte y el asesinato arbitrario (si es que tiene otro estado) de aquellos que crearon un estado extremista en donde nadie podía vivir libremente, sufriendo el oprobio a costa de unos dementes, esto es: la junta militar.

Leo una nota de la revista “Número”, en la edición N° 47, Alvaro Restrepo* escribe su “carta oscura”, dice: “Prefiriamo morire in un mondo de famme anzi che in mondo di noia”. (Preferimos morir en un mundo de hambre que en un mundo de aburrimiento”) rezaba un graffitti en la estación de tren de Pisa en Italia en el año 1974.
Alvaro nos cuenta y le cuenta a su amiga periodista Francesa: Marie France Charlotte Delieuvin, un estudio que había hecho sobre los dos extremos de un mismo problema. “Unos mueren de aburrimiento en el confort y otros de hambre y desidia”. Europa y Francia hundida en el suicidio “por aburrimiento” y Colombia en la miseria del hambre y la desesperación, y el asesinato a la orden de La virgen de los sicarios (LVS)(1) El personaje de escritor se estaba (este paréntesis tiene sentido porque acabo de hacer una pausa acerca de un documental del juicio a las juntas. Al final decía que los ex secuestrados, muy pocos, hoy llevan una vida normal, desarrollados en sus profesiones y esta me llevo a las lágrimas, en resumen verdadero de justicia y de la esperanza tan anhelada) acostumbrando al asesinato y la muerte porque había perdido toda esperanza en su vida. ¿Será que nosotros también? ¿Será que recordar el dolor nos lastima inútilmente? No lo sé. Lo que me duele es lo que leo en un graffitti cercano a la estación de tren, en la capital federal, en Constitución o mejor conocida como “prostitución”: “Nuestros sueños no entran en sus urnas” Y entonces ¿Qué nos queda? ¿Anarquía? ¿Sistemas independientes y organizaciones barriales? Tampoco lo sé.

Hay una denuncia, un no callarse más. Ya nos mataron y torturaron. Nunca más el silencio. Nunca más el olvido. En algunos aspectos, quizás, estas democracias vergonzosas y demagogas hasta la risotada quizás nos traigan algunos problemas importantes pero, al fin de cuentas, “estamos en libertad” de “elegir”, cada tanto, que las cosas cambien en las urnas. Nadie, ningún hermano en toda América puede estar tranquilo – aunque la economía de su país mejore momentáneamente- mientras sepa que hay uno de los suyos pasando hambre, sin capacidad de estudiar por la debilidad. Generaciones enteras que se prostituyen porque no encuentran soluciones. Jóvenes que se van afueran habiendo perdido toda esperanza en su propia tierra. Dice muy triste Restrepo: “hambre física Vs. hambre espiritual”. Y agrega en otro párrafo: “A Colombia la enloqueció el desamor de sus propios hijos”. (Después de leer esto no pude dejar de llorar)

Los asesinos mataron la carne pero no han podido con los sueños. ¿Hasta cuando seguirá Latinoamérica desunida? No creo que divididos lleguemos a ninguna parte. Veía la barbarie en LVS donde podía verse nuestra historia y la de todos los pueblos que hemos sufrido el mismo flagelo. Es nuestra historia a través de la historia. 30.000 muertos y desaparecidos en la argentina bajo la dictadura. En la Chile de Allende volaron una generación entera, toda una generación. Hoy los documentos fueron abiertos y documentales de la BBC nos dicen que EE UU apoyaron y financiaron estos golpes. Sólo para derrocar a Allende dedicaron 2 millones de dólares y han promovido todas y cada una de las dictaduras de Latinoamérica.

Hoy en Chile (presidenta mujer), en argentina, en Bolivia (presidente indígena), en Uruguay, en Brasil y en Venezuela se respira un aire menos pesado que antaño, solo menos pesado. Reina la esperanza y la confusión. Son momentos históricos para esta región del mundo. Este momento en Colombia también lo es. Volviendo a LVS, hay una frase que le decía el personaje de escritor a su amante pelao: “Te pondría una empresa para vos (contaba con una herencia) pero acá no te dejan trabajar”. Si algo vi en Medellín fue eso: trabajo, gente trabajando. Esto no significa que no haya desempleo ni pobreza, sólo digo lo que vi. Y en la medida en la que el pueblo pueda desarrolarse puede crecer y creer. Otra cosa maravillosa que vi es la gran movida cultural. El libro en Cartagena, el encuentro de teatro ahora en Bogotá y sigue la lista. Me parece grandiosa esa resistencia artística. Democracia no significa conformismo ni conformidad sino todo lo contrario. Denuncia, respeto, lucha, renuncia y resistencia.

Las dos puntas del mismo problema de Restrepo son las dos puntas entre Argentina y España. Una España floreciente y rica, con grandes problemas sociales, de droga, de caída de valores, donde todo es comprado con dinero. Argentina e la pobreza, la desigualdad, donde los pobres son más pobres y los ricos más ricos. Donde nos la pasamos riendo de nosotros como una anestesia local pero sin antibióticos a la vista. Argentina la inteligente, pero ¿para qué? (Paraguayo)

La nota de Restrepo es tan dura y tremenda que no me animo a reproducirla pero sería interesante que todos la leyéramos. Así como el “Nunca más”.

Hablo con mis mayores y muchos que tienen las heridas abiertas me piden un calmante. No lo tengo. Mi generación bastarda no tiene nada, sólo se imagina una idea, un sueño, un futuro, una forma desenfocada de la alegría y con eso vivimos. Nuestra educación empezó con trompazos en la boca en un letargo de autoritarismo atroz. Con mucha suerte más que futuro algunos hemos llegado con la fortuna de una formación. Hemos estudiado, eso sí. Y aprendimos que algo, alguito, se puede cambiar. Y que podemos cambiar, evolucionar nosotros. Mejorarnos sin quedarnos quietos ni de brazos cruzados.

“Canta conmigo, canta
hermano Americano,
libera tu esperanza
con un grito en la voz”

Le digo a mis mayores que si algo bueno hemos aprendido es a recuperar la memoria. Sin memoria estamos perdidos. Recordar nos hace equivocarnos menos, o al menos tener parámetros para tratar.

Nosotros los jóvenes, los que somos dueños del presente debemos hacer algo bueno, algo mejor. Dar lo mejor de nosotros. Al menos escribirlos en un papel, decirlo a los amigos y al mundo: “Acá, en mi casa latinoamericana ha sucedido esto”. Sin partidismos hipócritas, sin pérdidas de tiempo. Con la cabeza en alto. Y si el golpe viene que sea defendiendo nuestra justicia, nuestros valores y nuestros sueños.
Nunca más el horror, nunca más la barbarie, nunca más olvidar.


Algo de luz – segunda parte
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Estamos llamados a dar soluciones o algo de luz. No palabras: hechos. (Res non verba)

Restrepo le dice a su amiga Francesa:

“Mi querida Carlota, en el hambre de mi país y en el aburrimiento del tuyo, tendremos que encontrar las respuestas a tanta muerte inútil. Las claves quizás residan en las cimas de tu sofisticada civilización o en los meandros de la desmesura de nuestra barbarie...
...Colombia es una despensa infinita de recursos naturales para su gente y las gentes del mundo: un territorio fértil, diverso, exuberante y pródigo, que por el hecho de estar repartido entre unas poquísimas manos, tiene condenado a la miseria a más del 70 % de su población: ignorancia, violencia, insalubridad, trashumancia, indignidad. Un país desamado (desalmado) y vejado desde su descubrimiento, conquista, colonia y fundación (parece que estuviera hablando de argentina, es increíble) Un país que nació sangrando, que vive sangrando y me temo morirá sangrando”.
“Esta sombría carta que te escribo, Marie France, me la escribo en realidad a mi mismo, creyendo (o deseando) que, al poner en blanco y negro estas dudas y preguntas, voy a entender lo que nos pasa o al menos voy a desembuchar esta tristeza, esta desazón y esta rabia que por momento me obsesionan y paralizan...”

“... A veces creo que simplemente debemos seguir haciendo lo que estamos haciendo... A veces siento que llorar nos hace bien y aveces sé que, aunque dejemos de llorar, una gota pertinaz muy adentro, seguirá horadando el tiempo que nos queda – recordándonos que estamos vivos-, mientras lleguemos a ser capaces de desentrañar, como dice en su Apocalipsis, “el plan misterioso de Dios”.

“La única esperanza que nos queda es la convicción de que la naturaleza se está encargando
de ponerlo todo en su sitio, para que el hombre comprenda que esta haciendo mal las cosas. Quizás te sonará a charlatanería agorera y a trompeta de juicio final, pero no en vano nos está enviando a diario – a ricos y a pobres - señales inequívocas de su indignación: huracanes, tsunamis, sidas, vacas locas, ébolas, terremotos, gripas aviarias, y otras plagas (¿las bromas de Dios?) están dando cuenta de nuestra arrogancia, de nuestra inconsciencia pero, por sobre todo, de nuestra falta de amor por los demás, por el mundo y por nosotros mismos”.
Alvaro Restrepo – 3 octubre de 2005

Mis mayores me piden un calmante y no lo tengo. La verdad sola no llega a ninguna parte. De tal forma nos han hecho creer que diciendo, hablando: alcanza y sobra, que lo seguimos haciendo hasta con cierta religiosidad. Nos han engañado. Un mundo de palabras solo genera confusión. Estamos hambrientos de hechos, de buenos ejemplos, de valores vestidos de carne y hueso, de líderes y de pro hombres, seres de buena voluntad, capaces de dar la vida por una causa. ¿Idealistas? Que importan ya los títulos si se pierden las oportunidades para crecer. Si se dejan de lado un talento riquísimo que tiene como don especial a la juventud. Desdeñar esas capacidades es estar ciego del alma. Mis mayores sufren el dolor en carne viva. El dolor está latente. Las heridas no se curan fácilmente. Ni siquiera la justicia alcanza para algo. El daño ha sido hecho. ¿Qué podemos hacer? Mucho. Hay esperanza. Hay vida. Y mientras haya amor por lo nuestro habrá luz en nuestros ojos y en los de nuestros hijos y sus hijos. Es tiempo de construir y de reconstruir. Todo lo valioso cuesta. En los momentos más importantes y bellos de la vida hay lágrimas, dolor y desprendimiento. El dolor nos hace invencibles. Es nuestro patrimonio. Nos esperan grandes empresas de cuño propio. ¿Estaremos a la altura de las circunstancias? No podemos seguir recordando la miseria. Memoria si, pero para que NUNCA MÁS se levanten atrocidades disfrazadas de salvadores. Ni militares ni civiles, ni de derecha ni de izquierda. Ningún ser humano tiene derecho sobre la libertad del otro. Si no olvidamos la historia reciente, si no cerramos los sentidos con cosas como: “no te metás”, “algo habrá hecho”. Si entendemos que sin memoria no somos nada es probable que algo suceda, algo ha de cambiar para siempre.

América latina tiene hombres y mujeres sensibles y capaces de unir sus voluntades. Esto que hablo es la más cruda utopía jamás pensada. Porque vivimos en el mundo de las conveniencias. Donde rige el sol del dinero y la estafa. Donde todo tiene un valor negociable y en el peor de los casos: de mercadeo. En esta confusión de valores y fines se respira, hoy siglo XXI, el caos de la salud espiritual donde es imposible ver lo importante por sobre la urgencia. Me temo que poco a poco nos van cortando las partes, las alas, la sonrisa, de modo que nos sentimos esclavos de una deuda que nunca contraíamos o fue firmada el día que nacimos en el territorio latinoamericano y fuimos mestizaje. Si nos hubieran robado la tierra al menos sería poca la pérdida. Hoy no nos queda nada. Por eso hay que cuidar la cultura, la identidad de nuestros pueblos, es tan caro que nos define frente al mundo. Nuestras músicas, nuestras manifestaciones únicas y verdaderas. Levanto la voz, una copla simbólica en honor de los que sufren y han sufrido, para que este presente valioso sea el principio de una verdadera unión de amistad y de amor por nuestra gente. Es una apelación a los de gran corazón, fuerte voluntad y generosa sensibilidad. Nunca más al horror. ¡No nos ha ganado la tristeza! ¡Festejemos la vida!
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 – 24 de marzo de 2006

*Alvaro Restrepo: Bailarín, coreógrafo, pedagogo y director del colegio del cuerpo de Cartagena de indias”
1. Hace pocos días tuve la oportunidad de verla. De lo charlado con varios Paisas sobre el tema, la visión de la película me pareció demasiado parcial – como toda película- de todos modos el horror es demasiado doloroso.

Impresiones de Antioquia VIII - Reses Nosmahu




IMPRESIONES DE ANTIOQUIA VIII

Reses Nosmahu
- Un latín argentino-

11 de marzo de 2006

___________________Por Marcelo Meza

Todo al “vesrre” pa’ complicarlo todo aún más. Buenos Aires es la capital de la complejidad. Desde su fachada hasta su gente. Es lo que yo llamo: “Un Enterprise latino” (la diversidad de seres que habitan la nave espacial de la serie “Viaje a las estrellas”)

En Antioquia no falta magia en el dialecto de su lenguaje ni de sus códices. Hasta su código gestual es rico (léase: pico, ortopedia Fernández, abrazo nunca besos entre hombres...) De todos modos el lenguaje es directo y la actitud también. Se toman decisiones certeras, sin vueltas, en poco tiempo. Dinámicos e inteligentes (alabadas sean las viejotas) siempre la organización de cualquier evento gana en eficacia.
El porteño y el argentino, en general, (con perdón de la palabra) es vueltero, que da vueltas. “Tiene más vuelta que la oreja”, dice la tía Matilde con el cerebro lleno de ruleros y el pucho (cigarro) al costado, en el precipicio de su boca.

“Te confirmo, después te llamo”. “Estoy confirmándote la confirmación confirmada”. Al final todo fracasa. Es tal la confusión que se produce que ya nadie sabe si ir o no a la cita. Por las dudas llega tarde, verdadero misterio que ha de tener como fin una suerte de escudo o de fortaleza psicológica que todavía no entiendo. Si era a esa hora pide disculpas, hace una broma. El argentino es simpático y entrador ¿Quién se resiste a su sonrisa? (bueno, las multinacionales) Entonces, si se equivocó de hora o de cita y de persona toma asiento, se mira con el extraño, dice una tontería sobre el clima y hasta es probable que le saque el número de teléfono a la sardina que acaba de recibirse de odontóloga. En realidad, él, para él, vive feliz y hasta se cree exitoso. El Paisa lo es, se le nota en la cara. No necesita complicar lo simple. Gana tiempo, es fresco, es más libre aunque se llene de actividades y nunca goce del demasiado tiempo ocio. Es un ser humano igual que el argentino aunque a este último no se le note mucho, en especial en la gran ciudad. Parece que gozara tanto de la sumición a la indiferencia... Conclusión: ¡sinó no sería tan indiferente! Y arrogante. Es un winer, un dandy, un ganador al mejor estilo yanki estropeado y frío. Se olvidó, tontito, que vivimos en argentina. Acá las cosas hay que parirlas. ¿Qué pensabas? No se tira y se compra una nueva. No, mi amor... acá todo se recicla y se transforma, nada se pierde, no se tira nada. (véase Made in argentina)

Crecen los ángeles o los demonios en el bar que se descalza al encuentro de los sueños. Nada nos redime más que el olvido. Por suerte argentina no es Bs. As.

Bueno, cuando baja el copete y aterriza a la realidad se va al asadito de sus amigos y ahí si, al menos ahí miente a lo loco contando sus hipócritas miles de aventuras, se muestra como el gran peleador de las calles porteñas, es un langa, un atrevido del discurso, capaz de sonrojar a peor de los camioneros. A gatas* la Luisa, que le soporta los ronquidos y otras flatulencias, sabiendo hacer de memoria las milanesas que a él tanto le gustan, será la única santa que lo soporte de verdad. Seguramente los Paisas han de esconder alguna parte de sus miserias (quizás algunos sean todo lo contrario a lo que digo, no sé) Son humanos. Todos los somos. A veces somos Reses y otras animales en extinción. Yo creo que en el fondo del alma somos la misma cosa. Uno es más simpático que el otro, Claro, ¡que vivos! Ustedes tienen las montañas en la vereda, viajan en el metro hasta columpiarse en cada ojo. Así no vale... ¡Ver por la mañana semejante espectáculo! Tienen un trompo gigante en el centro, que por las noches entrará a la casa de los desprotegidos a jugar gratuitamente... Nosotros tenemos un obelisco que todavía no sabemos que significa... y que las viejas no se hagan ilusiones: no es lo que están pensando. Y tenemos un puerto en la puerta, es una maravilla gris, pero hay que vivir acá...

Tenemos esa maldita costumbre de idealizar la nostalgia. Como si unas carrozas vestidas de tango y de tragedia nos vinieran a buscar en cualquier momento, insufladas con dos bandoneones de hierro sobre sus ruedas encendidas de río.

Y ustedes tienen la simpatía, nosotros el humor. Somos todos apasionados pero ustedes les ha tocado sin histerias. Nosotros somos tan históricos con la histeria.

Algún día vamos a aprender, hoy no porque tenemos un partido de truco**, pero el lunes empiezo la dieta. No tendremos tanta ortopedia Fernández pero la dieta del cangrejo está a la orden del día. (del cangrejo, de la luna, del agua, del Don Perignon...) Maníacos de la sonsera caemos en la pavada tan fácilmente. Acá se morfa*** mucho, todo el día, allá se toma demasiado. Las viejas son vivas, mantienen la cordura. Acá bebe más la mujer.
Yo supongo que la unión Paisargentina transformará para siempre el Reses Nosmahu en: Seres Humanos. Nunca dejamos de serlo pero ahora se entiende, se entiende todo.

En una de esas, entre verbos y verbalidades, aprendemos a simplificar, no la lengua (que rica es, por cierto) sino la forma que tenemos de relacionarnos, de comunicarnos. Menos telenovela y más enjambre aventurero, que no es otra cosa que entregarse en los brazos del amor.

Luisito se la pasó explicando el significado del lunfardo y bien que lo ha hecho. Y a vuelta de viaje leíamos un librito de un Colombiano muy interesante (técnicamente para niños), en el que la simpleza (como nuestro dulce Uruguayo Horacio Quiroga) de una cita, de un verbo, de la consecuencia de unos actos comunes inflamados de polvo estelar. Transformando para siempre la emoción, el accidente del encuentro y la admiración por el otro – elemento fundacional para enamorarse- De esa fascinación de lo simple se abre camino la poesía. Una poesía densa, pesada y comprometida que lo magnifica todo en tanto y en cuanto ella se entere del esfuerzo. (Hay una antigua historia de un príncipe y su supuesta pretendiente a la que él se mataba haciendo cosas para conquistarla, pero la ironía era que ella jamás se enteraba de sus esfuerzos. Él murió creyendo que ella no lo amaba y ella en la plena soledad de la incomunicación ignorando las hazañas de aquel supuesto buen partido) Ella debe enterarse, nada puede brillar si ella no participa aunque sea desde afuera de la cancha, sin calzar los botines reglamentarios. Así decodificará sin saber pero con sabor. Así se hará paloma y vuelo hasta la música de una mirada. Se produce el milagro de la comunicación y el descubrimiento. Entiende el código, la palabra caída. Se hace cuerpo el lenguaje, el de él y el de nadie. No necesita nacer ahí, percibe, siente. Es un metalenguaje porque hay comprensión del acto del disfrute. No es amor puro, está contaminado por la risa, por la torpeza y el apuro, brincando dos pasos entre las montañas como una rayuela universal. Porque todo empezó en un lugar parecido a la tierra. Confusiones de hombre, gramáticas animales. Luchando y ganándole al tiempo hacia un nuevo espacio, uno distinto, sin complicaciones idiomáticas porque el que flota por entre sus ilusiones atajará el penal que ella misma le dispare desde el área chica, de un territorio llamado cielo.

* A gatas. Expresión coloquial que significa: apenas. En última instancia.
** Truco. Juego de naipes del Río de la plata. En donde el lama del juego es la mentira.
*** Morfa. Come.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 – 11 de marzo de 2006

Impresiones de Antioquia VII - Sabias palabras



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA VII

Sabias palabras
- Cuando las almas están conectadas -

2 de marzo de 2006

_____________Por Marcelo Meza

(extracto de notas personales del 1° de enero en Medellín)

"Las palabras que Rodrigo me dice, a esta altura, son más que consejos. Ayer me notó triste, como si la mirada en mis ojos buscara algo inalcanzable. Creo que a ellos les conviene que sólo sea nostalgia, aunque tanto Anaelsy como el mismo Rodrigo saben exactamente lo que esta sucediendo y en el fondo piensan como yo: que todo es una cuestión de tiempo o no es nada.

Anaelsy se acercó, con la dulzura y el tino que la caracteriza, después de Carlos y Ana a confirmar que yo necesitaba unos minutos solo, allí, en mirando el cerro Nutibara. La mejor vista de la ciudad, ya que esa montaña es el centro de la "flanera". Ahí me quedé con mis pensamientos. Carlos se acercó a contarme geografías, él siempre tan atento, sin embargo, la Maga (Ana María) acotó que ya no necesitaba información turística sino estar mirando las luces de los alumbrados. Anita dijo en vos alta: "mejor es dejarlo a que ordene sus ideas".

El viento Antioquiano me acariciaba el pelo; todo era profundo y doloroso. Costaba respirar. Más tarde me llama Luis y me uno al grupo. Sentí que todos me querían, que les importaba. Cuando bajábamos por las escaleras: Rodrigo, como es costumbre, me recitó un poema. Sin prolegómenos ni parafernalia me dijo todo lo que yo necesitaba en un poema de León de Greiff "Renuncia" (No lo pude encontrar en ningún libro, si alguien lo tiene y me lo facilita se lo agradeceré) Así es el hombre, así de fantástico: el Paisa. Cruzamos miradas de complicidad y algunas otras diferentes.
Algo en mí dejó de quemar tanto.

A Anita o a Carlos se le ocurrió jugar con el "Pictionary" y esa noche nos divertimos hasta la misma risa. En especial cuando esas rayitas que dibujaba Laura y adivinaba Clarita viendo ahí desde grandes Oasis hasta besos Franceses.

Ese día terminó distinto de cómo había empezado. Son vainas que no puedo manejar, al menos en estas instancias y colmado de cariño como estoy.

Me voy a dormir con vagos pensamientos. Pienso en el motor que mueve todas las cosas, pienso en como una palabra, lo minúsculo y hasta una mirada pueden modificar abismos, acortar distancias. Al fin de cuentas, esas enanas maneras de comunicarnos aveces nos alientan a seguir.

Cuando Luis apagó la luz de la habitación un mundo de estrellas se había encendido y me dormí maravillado de sonrisa.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 – 2 de marzo de 2006

Impresiones de Antioquia VI - En una playa de coveñas



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA VI
"En una playa de Coveñas..."


____________________________________Por Marcelo Meza

¿Quién dedica días de su vida a dos tipos que si bien conocidos o se saben amigos no poseen la ventaja de verse seguido?
¿Quién se da tan ampliamente?
¿Quién me explica el milagro de saberse en el otro, de descubrir en poco tiempo, a un hermano?

Así nos ha sucedido con Jorge. Y ya no soy, ni somos, el mismo. Me parece que estamos, hemos sido, lastimados con el filo ágil de la amistad. ¡La puta que duele!
Es realmente un tormento sentir en el pecho tantos corazones. Hemos cultivado, sin querer, una canción especial.

En ese viaje a Coveñas hubo, en principio, tantas expectativas. En un santiamén fueron borrados. El paisaje, la buena onda y las ganas de pasarla bueno ayudó a eso. Hicimos un pozo común y a cada rato nos regalábamos cosas, como niños. Era inevitable ver como afloraban los sentimientos más cálidos. Como los valores sociales se regodeaban en esa aventura de tres hombres entregados a la luz de la luna.

Yo estaba particularmente nostálgico (es una vaina tan rara en mí… jajajajajaja) había quedado mucho mío en Medellín. Ellos, Luis y Jorge, jamás perdieron la locura del humor. Era imposible quedarse serio. Y estuvo muy bien. La imagen de un espacio infinito, negritud sin horizonte, en donde le mar y el cielo se hacían el amor. Esa amalgama de chispeantes estrellas bailaba al ritmo del astro madre. Un viento delicado perseguía a la brisa, cálida. Todos jugaban menos yo. Pero los cacorrines venían por atrás mío y me cantaban canciones improvisadas del amor más guarro… siempre me sacaron una sonrisa.

“Yo no pensaba que el francés era tan grande” “¡Que grande es el Francés!” No paraban. Nunca dejaron de molestar y de molestarnos. Créanme cuando digo que éramos chicos.

Por unos días dejamos atrás tanto cariño, cariño que nos dolía y sin embargo ahí, en el mar, renacería otro tan intenso como el anterior.

En Tolú, en el Calao, en cada playa quedó una emoción. Ya nadie se acuerda de la geografía estéril, pero será difícil olvidar lo allí vivido.

Desde el quinto infierno apareció dirigido por el mismísimo Dante, una banda que, por lo que se escuchaba, todavía ardía en el Hades. Tantas desafinaciones justificaban el destino de esos muertos. El ruido era insoportable. Pero eso no fue lo que nos despertó, sino el cuarto de tono, como un mosquito maldito capaz de quitarnos la cera de los oídos para siempre.

¡’Jue putas, mal paridos! No menos que eso podíamos decir. Pero esto alcanzó para imitar esos vientos a cada rato. Tonterías de campamentos. Sólo y sólo imitar esas tontas notas es motivo para emocionarme. Lo importante no es lo que se hace ni donde, sino con quién. Y del quién estamos hablando. Pongo en alto al quién. No es una insistencia barata. Que le Paisa esto, que el Paisa lo otros… No exagero. Si pudieran notar la diferencia… Y acá va una aclaración. La argentina es grande pero decimos en un dicho popular que “Dios es argentino pero atiende en Buenos Aires”. ¿Se dan cuenta? Creer que Dios es argentino… hay que ser salame. Pero así somos. Sin embargo, la gente de las provincias, de los territorios alejados de las ciudades, el campesino, son otra gente. Son hospitalarios, sensibles, de poco hablar y de mucho hacer aunque se tomen su tiempo. Hay regiones opuestas con respecto al clima y formas de vida. Hay muchas argentinas dentro del país. No es solo Bs. As. Ahí viene mi entusiasmo con ustedes los Paisas. Ustedes son lo que una vez nosotros fuimos.

Levantar un celular para llevar un poco de música y alguito de alegría es una experiencia increíble. Así9 fue todo el tiempo. Recuerdo cuando fuimos al Calao a conocer a los amigos de Jorge. ¡Qué gente divina! Nos atendieron como si fueran nuestros amigos. Cantamos, nos reímos, compartimos ese tiempo valioso. Ellos sabían más canciones argentinas que nosotros de Colombia. Nos dio vergüenza. Igual que el espectáculo de Rodrigo y Anaelsy cuando íbamos en su auto. Se armaba un show único cada vez que ellos cantaban a dúo viejas canciones y boleros. ¿¡Cómo olvidar esos regalos!?

En esa playa cayeron lágrimas en la arena. Mucho escombro fue removido. Bueno: como en todo viaje. Un día, no sé muy bien cuando, con Jorge nos descubrimos hermanos. Duele en el pecho tanta emoción. Somos tipos grandes y estoy tan feliz que esto me suceda ahora. No lo cambio por nada. Y después la música que se ha disparado a donde quiso. No podíamos parar. No podemos, hoy mismo, dejar de llamarnos y de estar cerca. Ojalá nos cuidemos para que siga creciendo esto tan hermoso. Tan cargado de cosas bellas, sin egoísmos ni mezquindades.

¡Grabámos un disco en una Iglesia! No encuentro palabras para agradecerle tanto.
¿Porqué baila la vida en Antioquia? Defendamos ese patrimonio de la humanidad.
Pongamos toda la energía en estas cuestiones únicas.

Y la próxima vez que te inviten a “un viaje a Coveñas” no digas no, dejate llevar.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 – 22 de febrero de 2006


*El Cacorro (Cacorrus moslestaes oque) es un ave de montaña capaz de adaptarse a diferentes temperaturas y climas. Es un animal muy amigable. Suele treparse a diferentes cuellos humanos sin importarle raza, credo o color. Ahí, muy cerca del calor humano, estira su pico y suavemente emite un ruido suave y constante. Tic tic... tic tic, esto si es de la región Pampeana Argentina, sino, si pertenece a lugares menos húmedos como la región de antioquia, el Cacorro o también conocido como "el cacorro apenado" produce un chirrido algo estruendoso, casi como una segunda menor desafinada: Titicticiticticiticiticiticitic... En todos las especies es natural verlos en pareja de machos o, como en este fotograma, de a tres. Puede volar hasta las playas de Coveñas, gustoso por el tintillo, es natural que sobrevuele la playa de "el Francés" hasta cansarse, porque este no sabe: "lo grande que es esa playa". De izquierda a derecha: Cacorrvs Jorgerangus paisae pobrepabla, Cacorrvs Moskvs sasbonvs de la familia conitvs conitvs y por último el Cacorrvs ayquegestocuandocanta de la especie quelindooo. Si bien esta ave es longeva actualmente se encuentra en extinción por ser demasiado volátil. (fuente: National Geographic)

Impresiones de Antioquia V - Intercambios





IMPRESIONES DE ANTIOQUIA V

Intercambios


(¿De quién es esa boquita… mosquita mosquita?)

_________________por Marcelo Meza

¿Se enterarán alguna vez los gobiernos lo que le sucede a la gente? ¿Tendrán una vaga idea de lo maravilloso de las culturas que administran?

Porque este cúmulo de bienes que ustedes han provocado va mas allá de un conocimiento frío de libro húmedo, muy asombroso, porque no hubo nadie de ustedes que, parados frente a un monumento, una calle, un museo, hayan evitado contarnos su historia. Es inevitable dejar de valorar ese conocimiento. Aunque se trata del alma, del espíritu Paisano que habita en las calles de Antioquia, de Medellín.

Cuando fuimos al Jardín botánico respiramos algo de esa magia, mezcla indígena y de colonos. ¿Se imaginarán algo del milagro producido por la unión de dos pueblos disímiles como los nuestros sendos presidentes?

Porque si ya se enteraron saben, serán responsables de un destino delicioso, en donde las culturas y las tradiciones (eso que hacemos a diario, como el “pico” de Rodri o “el saludo mosca” de Luis) Se fusionan y se hace más fuertes en sí mismos.

¿Existirá algún libro de acta en donde yo pueda dejar grabadas estas cosas? Estoy buscando en Buenos Aires y en la embajada de Colombia. Porque esto que me pasa no será olvidado fácilmente. El Paisa puede hacerle muy bien al paisano de acá. Y viceversa. No hablo de Gardel, él es una circunstancia. Me gustaría que muchos moscas y gardeles se levantaran a devolverles a vuestro país (=país a) tanto cariño, hospitalidad, no por que seamos turistas sino por sentirnos hermanos y familia.

¿Alguien podrá acercarle estas inquietudes a cada mandatario? Por mi parte voy a tratar. Sin pedir ningún favor ni nada político. Solo contándole esta experiencia muy especial, laica y cultural.
¿Cómo recuperamos los ojos abiertos? ¿Cómo recuperamos esa inocencia que nos hace indestructibles? A veces, como tontos, algunos confunden sensibilidad, inocencia, permeabilidad con todo lo frágil, débil y estúpido. Grave error. Necesitamos todo esto para cambiar, para volver a ese ser Argentino gaucho que hace gauchadas (=favores, acciones desinteresadas) sin mirar a quién. Mirando al otro sólo por pisar suelo argentino. Porque es un honor que nos visiten, porque es un placer que vengan a nuestra familia. ¡Dios mío! No digo que esto ya no existe. Hace muchas décadas que esto era patrimonio nacional.

En los pueblitos del campo vuela este espíritu paisano y Paisa. Yo lo viví, sé de qué se trata. Uno va y matan el mejor cordero y para el mediodía ya está en el asador. El pan es casero, se hace en horno de barro. La leche es recién ordeñada. El sol es las manos y la conversa de la tarde: la mejor delicia. Ahí existe el respeto, la amabilidad. Nadie discute a los mayores. Es impensable hacerles un feo. Hay educación, orden y jerarquía. Y en ese ámbito se conjugan los mejores valores solidarios. Porque así se construyen grandes cosas.

El alcalde de Medellín y nuestro señor gobernador deben saber estas cosas. Todavía no sé muy bien para qué (paraguayo…), pero sería muy divertido ver a Kirchner señalar a su esposa con un pico mientras ella le convida una arepita y a Uribe hacer el saludo mosca mientras su esposa le ceba unos buenos mates.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 – 7 de febrero de 2006

Impresiones de Antioquia IV - El acto de enamorarse




IMPRESIONES DE ANTIOQUIA IV

El acto de enamorarse”

(Señales de los tiempos)

____________________________Por Marcelo Meza

“Sólo el amor engendra la maravilla”

Silvio Rodriguez

“Nada me importa si hoy no te tengo,

pues... tengo para mi la lluvia, la noche, el viento.

Nada me importa... hoy no te tengo,

y... si tengo la lluvia, la noche, el viento,

mi silencio, el recuerdo de tu sonrisa,

eso me basta para tenerte a ti ".

Jorge Hernan Arango García

“Estoy perdidamente enamorada”, dice ella y redunda en sus ojos grandotes una luz que avecina vírgenes resplandores. Cae pesado, en esta sociedad de mundo globalizado, que algunos sean demasiado felices, otros menos y muchos: nada. Hay una tendencia a uniformarnos por debajo de un nivel muy sórdido de estándar provechosamente universal. Pienso, y me quita el sueño, el sentir latinoamericano. La piel, nuestra risa (qué alegría al descubrir a alguien que se ríe fuerte como yo, mi tocaya en la risa es Erika) Nuestros poetas, nuestros sabores y olores. Tanto colorido, tanto sabor. En Antioquia se ve la vidriera de esto que estoy diciendo.

“No hago otra cosa que pensar en ti...”, nuevamente aparece Serrat... estar enamorado es tener el poder cósmico de vencer al tiempo. Y lo vencemos. Todo es eternidad. El tiempo pasa volando o no pasa nunca. Es fácil enamorarse en Antioquia. Semejantes viejas... ¡Ave María , pues! Yo no me he enamorado de la más linda, sino de la más bella, que es otra vaina. Ella se parece al viento. Juega. Es joven amiga de la montaña, se agazapa a espiar, hurga entre el bosque y nos echa el ojo. Luego se dispersa, se niebla, te llueve la cabeza. Hace preguntas bobas. Le duele que le digas te amo. Llama al Centauro y al mismo Ícaro para que le acompañen a la batalla. Niña viejota. Tan muerta de miedo ante la verdad suprema.

El amor nos enloquece. Modifica el peso atómico de las cosas. Y cuando se va hasta la temperatura del color de la luz muestra cansancio. Los enamorados saben que ese estado es tocar las cairel del manto de la maravilla. El amor duele, lastíma. Porque somos salvajes. Él nos modifica el dolor dehueso y el refrío mal curado. Nos saca del cáncer y de la muerte. Si supiéramos el valor de estas verdades... En el Paisabor, como rotulo a Antioquia, algo estelar, algo de la luna nos provoca a enamorarnos perdidamente de ese espíritu montañés. Caen las culturas, los brasieres, las amalgamas. Caen los horarios, la edad, las conveniencias y lo correcto. Cae lo razonable y hasta el sentido común. Queridos hermanos y amigos, todo el mundo es una gran excusa que tiene como objetivo enamorarse enloquecidamente. Hoy. Ahora mismo.

En la película “El abuelo, mi papá y yo”, al abuelo, Esperanza Arias -la máslinda de todas- le decía (ahora jubilados los dos, escondidos detrás de un amor imposible) “¿Tuvo que llegar a viejo para arriesgarse en la vida?” Esto después de declararle su amor, 30 años después de haberla conocido. Al fin ella muerepor una enfermedad terminal. “Arriesgarse”. ¿Quién quiere correr riesgos? Los locos. Los jóvenes. Los ignorantes y los valientes. Los canallas. Todos los demás: no, de ninguna manera. Los enamorados corren el mayor riesgo: el de la entrega... allí no hay vuelta atrás. pero no es pensado así por el amor, no piensa de esa forma. ¿Es mejor amar o ser amado? Yo digo que si el amor es correspondido “mejor”,sino: es igualmente bueno. (Viste cacorro: aprendí) Ana María decía: “El amor de se da, no se mendiga”.

Siempre tan sabia mi querida Maga. El amor que me traje de esa Paisa divina ¿Quién me lo puede quitar? Mi casa es más pesada, los colores cambiaron. A veces me levanto y ¡hay un olor a arepas de yuca! Alguien canta por la mañana bien temprano pidiendo mates en verso. Y le sebo unos matecitos a Rodrigo. Ana Elsy me hace una tasa de leche siempre con una sonrisa, como mi vieja (acá vieja es: mamá), como mi abuela Yolanda (la misma que naciera un 22 de noviembre, día de la música, y falleciera 75 años más tarde la misma fecha) Tanto amor. Tanta canción que nos libera. El que no la ha probado lo invito. Al principio es un poco amarga, quema, luego es una delicia increíble.

Siempre digo: “El mejor estado del hombre es cuando está enamorado”.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 - 3 de febrero de 2006

Impresiones de Antioquia III - ósculo santo



IMPRESIONES DE ANTIOQUIA III

“Ósculo santo”
(Costumbres Paisas o que?)

___________________________Por Marcelo Meza

Lo primero que vi y me impresionó sobremanera fue cuando dos amigos, ella y él, se besaban al despedirse. Se besaban en la boca, digo bien: en la boca. ¡Que lindo!
Dije, con lo que me gusta la amistad. Previamente me había asegurado que estos semi tórtolos fueran amigos realmente.

Alguien me dijo: “Es una costumbre Paisa”. ¡Zas! ¡Que bueno! (Jorge me corregiría más tarde:
- “Que bueno” no, Marcelo, en todo caso será: “mejor” -. Lo que es juntarse con un poeta, ¿eh?)

Seguí observando. Investigué minuciosamente. Porque la vaina esa (¿qué tal?) de la costumbre Paisa no terminaba ahí. Parece que esto del beso sucede luego de regalar algo. El pelao le regala algo y la sardina: ¡Chuic!, le estampa un beso. En la boca, pues.
Más tarde me incliné a regalar, como es mi costumbre, pequeñas dotaciones de chivas hasta el techo de regalos, los negocios del centro quedaron vacíos, oasis* colmados de ilusiones... (ya me fui...) Todo, todo envuelto para regalo con cinta y moño. Toneles de aguardiente a granel. En fin. Nada de nada. Ni un pico. Nada. Pensé que se debía a mi imagen un poco fuera de forma. Eso duró hasta que llegué a la plaza Botero. Ahí, no sé de donde, junté la fuerza de todos los gordos del mundo y entre a regalar, no con la intención de recibir un beso de cada viejota, no. Con uno o dos besicos alcanzaba para comprobar el espíritu montañés Antioquiano. Por un momento pensé que se debía a la piel. Mi color blanco teta. Una cara ‘e gringo que mata y para colmo en una playa de Coveñas... Marta me diría que a los gorditos solo los quieren las mamás... Me hice las trencitas en el Calao, empezando por el costao y ¡terminado por el costao! ¿A ustedes les parece? ¿Se habrán dado cuenta que me estoy quedando calvo? (sic)

Llegué a la conclusión que es porque soy argentino. Entonces las viejas no aplican el ósculo santo a los turistas, ya entendí.

Un día descubro a fulana que lo besa a un mengano machado(1) hasta los tuétanos. ¡Ave María, pues! ¡Plasff! semejante beso que le roba a la sardina, bueno, que ella se deja robar, ‘jue puta , pues, o no?

Ahí saqué toda mi bravura, facón en mano, poncho en el otro y le convidé un mate y un “avioncito”. Bueno, miles de avioncitos, setenta canciones, dos mil poesías, me fui a tomar clases a la compañía de Laurita, traté de imitar a la mosca, al camello y a la jirafa Fajira. Me tatué “panela soy, o que?”. Nada. ¡Me pelié con toda la familia pero me compré un órgano tubular y lo puse en el cuarto de Clarita.(sic)

Me trataron de loco. La universidad de Antioquia y el servicio de toxicología analizaron el agua del mate para verificar si no estaba contaminada o había sido reemplazada por aguardientíca. Al fin me largaron. Con tal de que no cantáramos en el calabozo el baile de la mosca...Y me regalaron por buen comportamiento una docena de arepas de yuca que estaban deliciosas. Pero el beso no llegó nunca. Con cara de pregunta, mayor a la de Valdez, miré a las montañas de Medellín buscando respuestas y el Ensamble vocal, en el monte Nutivara, me cantó: “el beso de tu boca tentadoooooraa...”

Llegue a Buenos Aires sin besos estruendosos de las Paisas. Pero con la firme convicción que la próxima es la mía. Porque ahora que tengo el Paisaporte, en vez de sellos en la aduana, ¿adivinen lo que les voy a pedir?
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*Oasis: léase también: beso Francés.
1. Machado. Borracho, ebrio.


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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006 - 26 de enero de 2006

Impresiones de Antioquia II - Alimentarse


Impresiones de Antioquia II

Alimentarse
(Sobre el dar y el recibir)

“Hoy en día para formar parte
de la buena sociedad uno tiene que
alimentar a la gente,
divertirla o escandalizarla”.


Oscar Wilde


_______________________Por Marcelo Meza

Compartir con manos gigantes. Como los que saben el sabor de los grandes momentos.
Compartir como un destino indiscutible que todos necesitamos para darle sentido a las palabras, para desarticular los signos que nos separan. Porque queremos la vida y la queremos ahora mismo.


Porque sin el otro corremos peligro de muerte. De ignorancia y de torpeza.

“Pienso, por lo tanto existes” debiera ser la premisa fundacional de todo gobierno. Y que el saludo sea más que un beso y un abrazo, sino un mar de brazos abiertos como los del Paisa, como los de algunos locos que andamos sueltos…

Alimentar es una experiencia exquisita. No se trata de una tontería de moda ni de una viveza criolla. Es la profundidad de la confianza. Es permitir, sin la torpeza de las manos, que el otro entre en mí, como un para-beso, como una meta-caricia. Claro, no es fácil. Ni para el dador ni para el que recibe.

Mil voces se levantan indignadas de vergüenza y descaro, a por el decoro y la letanía de las buenas costumbres. ¡Bahhh! Son los mismos que les produce asco tomar mate, “¿De una misma bombilla chupan todos?” “¿De un mismo cubierto?” ¡Puajj!

Dejarse alimentar es la trascendencia del hombre libre. Libre para amar. Porque el disfrute es infinito. Porque de esta manera el alimento nunca se acaba. Koinonías. Viejo vocablo Griego que encierra esta idea no sólo de compartir, sino también, de compartirse.

Hay que ver la maravilla, todo lo que brilla, lo lindo que sucede en el alma generosa, en las alas abiertas. ¡Hay que ver el espectáculo alumbrado en las retinas y en la boca cuando se recibe un bocado! Es un milagro de la especie. Parece una tontería, una charada. Sin embargo, después de ese acto de dos o más la vida ya no es la misma. No se trata de llenarse, de perder la individualidad, elemento social que nos ha costado demasiado para jugar a retroceder. No queremos ser niños ni depender de la mano maternal. “Avioncitos” dicen algunos dulcemente recordando otras ternuras infantiles.

En general se tiene miedo. Nadie sabe porqué. Quizás sea porque el amor es indiscutible. Pero hay gentes como los Paisas que en esto de disfrutar la vida nos pueden dar cátedra pero no de análisis ni de retóricas: ejemplo de vida.

Llegar a compartir no como el resultado esperado sino como el primer paso al despertarnos. Estamos entre otros, somos mi gente, la gente querida y nuestra.

¿Qué mejor cuidado que alimentarse? ¿Creen que lo inventó este gordito soñador? De ninguna manera. Es una costumbre perdida en la memoria de los hombres. Costumbres dignas de rescatarse.

Hay un cuento muy antiguo que habla de supuestos cielos e infiernos. Entonces lo llevan al muerto y entra en la casa del infierno, un comedor infinito repleto de los mejores manjares jamás pensados. A la mesa: gente muy flaca y débil. Tenían los brazos estirados hacia delante. Nadie podía llevar un bocado a la boca, por eso estaban tan escuálidos. Al mismo Hombre lo llevan a la casa del cielo. Una casa idéntica a la anterior, infinito banquete, idénticos manjares pero la gente estaba sana y rozagante. Todos tenían, salvo el síntoma de lozanía, la misma imagen, los brazos estaban estirados hacia delante, digamos que nadie podría alimentarse a si mismo. La diferencia residía en que cada uno alimentaba al otro y era por eso que todos estaban sanos.

Y para terminar, como digo siempre que me regañan por no dejar casi nada en mi plato por llevarlo a la boca de todos, con la pregunta: ¿Y vos no comes?, les respondo: Ya estoy lleno.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006