Thursday, November 30, 2006

Impresiones de Antioquia XIII - Mirar al costado


IMPRESIONES DE ANTIOQUIA XIII

“Mirar al costado”



-Soledad: mal de los tiempos-

23 de abril de 2006

_____________Por Marcelo Meza

Latinoamérica es un laberinto de políticas económicas. No tenemos nada que ver: Perú con Uruguay ni Chile con Brasil, así, ni nos parecemos a los Bolivianos ni los Paraguayos con ustedes. Sin embargo, todos sufrimos la misma soledad. Unos más y otros menos. No hay país “libre” de aftosa, o de narcotráfico, de “mano en la lata” ni de miedos que no le afecte el hombre solo. Es y seguirá siendo el peor de los males. Si consideramos que la unión hace a la fuerza, estando solos y divididos jamás saldremos de la opresión de las hegemonías perversas que históricamente nos subyugan. Pero este mal va más allá de partidismos o cierto idealismo iconoclasta; patriotismo de segunda.

Parte del hombre, de la civis, de una sociedad organizada más o menos globalizada, mas o menos tercermundista, mas o menos desarrollada esta solo, despojado, perdido. La pobreza mata, la soledad: desintegra culturas enteras. Ya no se trata de vencer el individualismo, sino de crecer como individuo, como ciudadano y como persona. Porque no habrá otra manera de inventar la alegría que unidos y juntos. Que los males de este mundo serán vencidos sumando y no al revés.

Hay países hormigas que trabajan palmo a palmo, lentamente pero sin cesar. Hay culturas langostas, dando grandes saltos, que devoran cuanto tienen debiendo emigrar frecuentemente. Los hay como el “Tata Dios” o “mamboretá”, ese bicho como una ramita verde con patas, que se hace uno con el medio, pasa desapercibido pero está presente, se camufla. Puede sobrevivir pero no crece, jamás crecerá. Y están los pueblos que, siendo gusano de seda, tarde o temprano abandonará su aparente destino sedoso por otro de alas y alto vuelo. Yo quiero vivir en un país en donde su gente confíe en sí misma. Que cada encuentro sea una fiesta y ante la desgracia y la catástrofe nos encuentre unidos y cercanos. En contra de la indiferencia apoyo todo movimiento que genere amistad y nos haga sentir como de la familia. Todo grupo que integre sin tener que destruir nada para lograrlo. Que tenga como afán el respeto y muy en alto la libertad individual y de todos sin indiferencias. Paisas y argentinos sin fronteras, con las miserias de lado, unidos por el amor a la vida, defendiendo cada estilo.

Pero estas utopías no crecen solas. Hay tierra fértil pero mucho trabajo por delante. No alcanza con un viaje o una gira. Quizás hasta sea (y es probable que fuera así) una empresa imposible, pero de empresas imposibles se han forjado las grandes obras. Con apatía, sectarismo, egoísmo y esclavitud jamás se ha lograda nada bueno. Hoy estamos muy ocupados en Latinoamérica cada uno mirando su propio ombligo como para poder ver a nuestro hermano que sufre. No hay culpables. Las sociedades adultas no se conciben culpables sino responsables. Hasta que no fomentemos el amor por nuestra tierra no podremos levantar la cabeza con el orgullo sano que requieren los que luchan de verdad por los altos ideales. Porque mirar al costado es todo un trabajo, horizontal, un proceso y un gran logro. Es probable que al lado nuestro nos encontremos con el hombre, con el ser humano enamorado y libre que soñamos, porque ese que está al lado nuestro, de seguro, somos nosotros mismos.
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Marcelo Meza - Derechos reservados © 2006

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